Tratamos las pieles sensibles con mimo y productos adecuados. Productos de prevención, regeneración, hidratación y recuperación dérmica.
Principios activos puros, adecuados para pieles sensibles para tener la misma eficacia que tratamientos de pieles normales. Hoy en día no es un problema tener piel sensible o rosácea.

La piel posee una barrera protectora natural que impide que bacterias y sustancias nocivas penetren en el cuerpo, al mismo tiempo que limita la pérdida de agua y previene la deshidratación. Este proceso mantiene la piel sana e hidratada preservando su elasticidad y firmeza.
No obstante, factores externos como el clima y factores internos como el estrés pueden socavar este proceso, debilitando las defensas naturales de la piel y haciendo que ésta se perciba áspera y seca. Seguidamente, estímulos externos pueden exacerbar la situación haciendo que la piel llegue a inflamarse.
Para reconocer la piel sensible, busque lo siguiente:
- Signos visibles como eritema (enrojecimiento o erupción), descamación, hinchazón o aspereza
- Signos sensitivos como picor, tirantez, ardor o pinchazos
Puede aparecer en la cara, los labios, las manos, el cuerpo y el cuero cabelludo. También puede estar desencadenado por un cambio físico, bien sea transitorio como el embarazo o progresivo como el envejecimiento. Aunque comparte algunas similitudes con la piel seca, no siempre está relacionada con este proceso ni sus síntomas se aliviarán necesariamente aplicando las soluciones para el cuidado de la piel seca.
- Elegir un limpiador diario
Algunos limpiadores son tan eficaces que no sólo limpian la suciedad sobre la piel sino también la película hidrolipídica que la protege. En caso de piel sensible y seca es importante elegir un limpiador corporal que fortalezca la función de la barrera y la proteja frente a la pérdida de humedad. La piel sensible facial necesita un limpiador suave que no irrite la piel. - Eligiendo un producto para el cuidado diario
Cuando se elige un producto para el cuidado cutáneo de la piel sensible no basta con asegurarse de que esté exento de irritantes. El producto tiene que actuar activamente por debajo de la superficie cutánea, estimulando los procesos regenerativos y las defensas naturales propios de la piel.
Para cumplir con este cometido, el producto tendrá que incluir componentes activos, como dexpantenol y glicerina, ambos productos naturales y que actúan en la piel para mejorar los niveles de hidratación.
Será también ideal restablecer el equilibrio del pH natural de la piel.